No puedo imaginar un mundo peor que éste. Porque éste mismo no es peor, y debería.
Hay cosas que están agarradas con chinches, o con moco, y no se caen. Cuestiones que rozan la burla, el escándalo, la comparsa y el paso de comedia -trágica-.
Que las mentiras se sostengan tanto -y sostengan a tantos- justificando una democracia que, si faltara, nos obligaría a matarnos entre nosotros o alguna cosa parecida; que no nos hayamos cocinado todavía en una guerra última pletórica de radiación y cucarachas, y apenas matemos unos cientos de miles de personas entre guerras por recursos no renovables y limpiezas étnicas. Que Bush no nos invada todavía, que Chávez tampoco. Que apenas quede petróleo y Mad Max esté lejos. Y con Waterworld cada vez más cerca, que haya un Protocolo de Kyoto.
Habrá gente que crea que este mundo puede ser mejor, precisamente por esas mismas cosas. Gente que termina olvidando las mentiras incumplidas de sus gobernantes, ignorando los riesgos del holocausto nuclear, aliviándose que Irak quede lejos y que Chávez compre bonos argentinos y se haga el gracioso. Que EE.UU. por fin firmará el Protocolo cuando sea la noche antes del Día después de mañana, pero tengan la solución guardada desde hace años.
El mundo no puede ser peor. Este es el peor mundo posible.
Cuando el ataque a las Torres Gemelas los periodistas no se cansaban de decir que ése era El día en que el mundo cambió. Con eso no hacían más que demostrar su enorme ignorancia y candidez. No hay manera de cambiar este mundo. Lo que estaba ocurriendo era la consecuencia de una complicada linea de acciones que casi siempre salen bien. Este mundo debería haber tenido cientos de 11 de septiembre. Y sólo tuvo uno. No jodan.
Circunstancialmente, si no sos un etiope anuak en peligro de limpieza étnica, o un parado con hijos, o un desalojado en plena oleada de frío polar, el mundo te parece algo soportable. Y que podríamos estar peor.
Con suerte, la próxima vez que algo salga mal nuestro prójimo será la próxima víctima.
Y sálvese quién pueda.
Hay cosas que están agarradas con chinches, o con moco, y no se caen. Cuestiones que rozan la burla, el escándalo, la comparsa y el paso de comedia -trágica-.
Que las mentiras se sostengan tanto -y sostengan a tantos- justificando una democracia que, si faltara, nos obligaría a matarnos entre nosotros o alguna cosa parecida; que no nos hayamos cocinado todavía en una guerra última pletórica de radiación y cucarachas, y apenas matemos unos cientos de miles de personas entre guerras por recursos no renovables y limpiezas étnicas. Que Bush no nos invada todavía, que Chávez tampoco. Que apenas quede petróleo y Mad Max esté lejos. Y con Waterworld cada vez más cerca, que haya un Protocolo de Kyoto.
Habrá gente que crea que este mundo puede ser mejor, precisamente por esas mismas cosas. Gente que termina olvidando las mentiras incumplidas de sus gobernantes, ignorando los riesgos del holocausto nuclear, aliviándose que Irak quede lejos y que Chávez compre bonos argentinos y se haga el gracioso. Que EE.UU. por fin firmará el Protocolo cuando sea la noche antes del Día después de mañana, pero tengan la solución guardada desde hace años.
El mundo no puede ser peor. Este es el peor mundo posible.
Cuando el ataque a las Torres Gemelas los periodistas no se cansaban de decir que ése era El día en que el mundo cambió. Con eso no hacían más que demostrar su enorme ignorancia y candidez. No hay manera de cambiar este mundo. Lo que estaba ocurriendo era la consecuencia de una complicada linea de acciones que casi siempre salen bien. Este mundo debería haber tenido cientos de 11 de septiembre. Y sólo tuvo uno. No jodan.
Circunstancialmente, si no sos un etiope anuak en peligro de limpieza étnica, o un parado con hijos, o un desalojado en plena oleada de frío polar, el mundo te parece algo soportable. Y que podríamos estar peor.
Con suerte, la próxima vez que algo salga mal nuestro prójimo será la próxima víctima.
Y sálvese quién pueda.
Querido Fender: me uno a tu causa y a todos los que le hacen daño a este mundo, les dedico esta canción.
ResponderBorrarI see trees of green
red roses too
I see em bloom
for me and for you
And I think to myself...
what a wonderful world.
I see skies of blue
clouds of white
Bright blessed days
dark sacred nights
And I think to myself...
what a wonderful world.
The colors of a rainbow
so pretty in the sky
Are also on the faces
of people going by
I see friends shaking hands
sayin' "how do you do"
They're really sayin' "I love you".
I hear babies cry
I watch them grow
They'll learn much more
than I'll never know
And I think to myself...
What a wonderful world.
Y después se asombraba de que yo fuera una persona triste...
ResponderBorrares un mundo triste, my dear.
Y acá, parafraseando a Lucy, pensaría en mi propia canción (individualista, pero bella); "Mad World",de Gary Jules.
todxs podemos ser la próxima víctima, en cualquier momento: mirá, la escuela de mis hijas, en pleno centro de Buenos Aires:
ResponderBorrarhttp://acostaenlucha.blogspot.com/2007/06/el-techo-cado.html
Definitivamente EEUU es el mayor peligro potencial para el resto del Planeta... ¿porqué no se autoatacarán, invadirán, arrasarán, colgarán a George Bush por ser el Public Enemy Number One? Al fin y al cabo en el caso de uSA no será tan difícil encontrar las armas de destrucción masiva, ¿no?
ResponderBorrarPuede ser peor....puede ser peorrrrrrr. Creéme!
ResponderBorrar