Tengo un problema leve con determinados nombres. Pero todo empieza con otros dos conflictos previos: soy pésimo fisonomista, y mi memoria funciona de una manera -al menos- extraña. Para recordar algo perdido en ella suelo ir por algún elemento relacionado, a veces de manera absolutamente tangencial. Y si bien eso me saca de apuro, provoca un funcionamiento impredecible de la evocación y el errático resultado.
La confusión, entonces, empezó con unas caras que intercambié alguna vez. Supongamos; le dije Marcelo a un Alejandro (o viceversa), y a partir de ahí se fijó en mi memoria no la resolución del conflicto (éste se llama así, aquel asá), si no la confusión misma. Desde entonces nunca más estaré seguro de si este fulano se llama Marcelo y le digo Alejandro por error (o viceversa).
No importa que sean otras personas. Ya nunca más estaré seguro del nombre hasta que lo veo todos los días, y lo llamo por lo menos sesenta veces por el nombre verdadero sin equivocarme. Es decir, me aprendo su cara y el nombre correcto.
Lista de nombres intercambiables:
La primera confusión es de cuando era chico. Me daba mucha vergüenza. Tenía que pensar el nombre, y eso se notaba. De resultas, nunca tuve amigos con estos nombres.
Una de ellas es triple, y es terrible, porque confundo a algunos compañeros de trabajo que veo poco, pero que no se merecen la ignonimia.
Me sigue dando vergüenza, y al cabo se está volviendo una especie de problemita este de los nombres. Me hago fama de distraído, pero a sabiendas que la realidad es otra.
La gente empieza a pudrirse de mis silencios culposos, mis "¡Che! ¡ey! Ehhh... ¡Raúl!", y esas cosas que atacan su auto estima.
Y bueno, ya saben. Tenedme paciencia.
Ya hablaré de mi memoria (esa hija de puta).
La confusión, entonces, empezó con unas caras que intercambié alguna vez. Supongamos; le dije Marcelo a un Alejandro (o viceversa), y a partir de ahí se fijó en mi memoria no la resolución del conflicto (éste se llama así, aquel asá), si no la confusión misma. Desde entonces nunca más estaré seguro de si este fulano se llama Marcelo y le digo Alejandro por error (o viceversa).
No importa que sean otras personas. Ya nunca más estaré seguro del nombre hasta que lo veo todos los días, y lo llamo por lo menos sesenta veces por el nombre verdadero sin equivocarme. Es decir, me aprendo su cara y el nombre correcto.
Lista de nombres intercambiables:
- Marcelo/Alejandro.
- Pablo/Lucas.
- Javier/Claudio.
- Ramiro/Rodrigo.
- José/Pedro/Raúl.
- Viviana/Valeria.
- Mario/Luis.
- Verónica/Virginia.
- Laura/Luisa.
La primera confusión es de cuando era chico. Me daba mucha vergüenza. Tenía que pensar el nombre, y eso se notaba. De resultas, nunca tuve amigos con estos nombres.
Una de ellas es triple, y es terrible, porque confundo a algunos compañeros de trabajo que veo poco, pero que no se merecen la ignonimia.
Me sigue dando vergüenza, y al cabo se está volviendo una especie de problemita este de los nombres. Me hago fama de distraído, pero a sabiendas que la realidad es otra.
La gente empieza a pudrirse de mis silencios culposos, mis "¡Che! ¡ey! Ehhh... ¡Raúl!", y esas cosas que atacan su auto estima.
Y bueno, ya saben. Tenedme paciencia.
Ya hablaré de mi memoria (esa hija de puta).
A mí me pasa algo que creo es más clásico... o eso dicen: Le veo a "Fulano" cara de "Mengano" y queda re-bautizado automáticamente "Mengano".
ResponderBorrarAntes me lo guardaba para mis adentros y procuraba consultar con alguien que estuviera a mano: "Che, el nombre de éste era Mengano o Fulano?", con un cierto prurito a errarle. Pero como los años no vienen solos, ahora directamente le espeto un "Che, Mengano"... "Fulano", me corrige de inmediato el quía, y yo me muero de vergüenza pensando que toda mi vida sentí que cuando llegara este momento sería el punto inicial de mi camino a la senilidad...
yo tengo el mismo problema, me olvido o confundo con alarmante frecuencia los nombres de la gente, pero encontré una fórmula para no quedar mal:
ResponderBorrarA todas las mujeres las llamo "linda"
A todos los varones los llamo "hijo"
la gente ya se ha acostumbrado a que les interpele así.
Yo para algunos nombre soy un desastre, cuando la cosa da para hacerce la graciosa mi técnica es advertirlos de entrada:
ResponderBorrar-Hola, cómo te va? Bueno te aviso que mi cerebro me dicta Horacio pero se que está equivocado....cómo era tu nombre?
Y, de lo contrario, utilizo la misma técnica que Fodor lobson, con la diferencia de que yo aplico un querido/da para salir del paso.
Yo soy horrendamente fisonomista. Me cruzo por la calle con personas que recuerdo haber encuestado, hace más de dos años, por tal o cual tema. El asunto es que JAMÁS saludo por la calle. Me he cruzado con conocidos a menos de un metro de distancia y hecho el perfecto distraído (el perfecto imbécil) para no saludar.
ResponderBorrarAhora bien, tengo un amigo que tiene un método de lo más simpático para llamar a las personas, y es rebautizarlas al momento de conocerlas y en voz alta. Ejemplo:
'¿Cómo se llaman?'
'Paula y Carolina'
'Bueno, de ahora en más son (y las señala, para individualizarlas) Katy y Lucy', y así las llama a partir de ese momento.
por un lado, mi jefa ha demostrado un total desinteres en aprenderse mi nombre, hace ya un tiempo que estoy trabajando con ella y me llama por el nombre de todos los demas menos por el mio, ya no se si es tan divertido.
ResponderBorrary por el otro, yo confundo los federicos con los sebastianes. es divertido.
besitos!
Bueno, Luis, lo que tenes es un problema bastante grave. Es verdad que a la gente le causa una gran satisfacción escuchar que los llaman por su nombre. En cambio, tener que recordarle tu nombre a cada rato a alguien es bastante desmoralizante e hinchapelota.
ResponderBorrary opte por decirle a todos los hombres carlos y a las mujeres juana
ResponderBorrarasi nunca quedas mal.. decis q el problema es de tu cabeza.. q quedaste re flasheado con personas q se llamaban asi
Ah, que lindo tema. Cuento:
ResponderBorrarDurante los primeros 10 minutos, me acuerdo cara y nombre. Después, mezclo cara, nombre y ropa. Al final, invento. Así me ha pasado decirle José María a un Francisco llamado, después me enteré, Julián, lo más campante y decidida.
Lo llamo "Dislexia nominal"... también me pasa con lo días... pero ese es otro tema.
al menos no confunde ramiro/virginia, o laura/raúl. ahí ya las cosas podrían complicarse.
ResponderBorrarcuando joven, en el pueblo, con la patota de niñas ibamos bautizando hombres por el mundo. Nos llamaba la atencion alguno y le víamos "cara de" (Robbie, Joey, Frank, y hasta un PETETE!. La extranjerizacion de los nombres se debe a las novelas pedorras de detectives juveniles que leíamos)
ResponderBorrarY es el día de hoy que cuando nos cruzamos con ellos, los llamamos asi. Claro que ellos nunca se enteraron.
Es seria la patologia, doctor?
Y, obviamente, me olvido de los nombres de mucha gente. Por eso, mientras sonrío con cara de idiota y sigo la conversación, el disco rígido de mi cabeza va a mil preguntándose ¿ De dónde catzo lo conozco?
ResponderBorrarCuando trabajaba en una oficina pública, era todo un problema. Y ahora, tratando de acordarme de los nombres de los 200 alumnos que debo tener, es peor ( ¡todos los niños se parecen!¡maldición!)
No tengo mayor inconveniente con los nombres, pero mi memoria adolece de una falla que yo al menos creo que es rara: es daltónica. Si vi algo azul, cuando rememoro lo que vi, era rojo. Salvo que cuando lo haya visto, lo haya nombrado, aunque sea con el pensamiento. Naturalmente esto ocurre con las cosas a las que presto apenas atención, porque si les presto más seguramente mi otro hemisferio le pondrá nombre. Sí que es raro, no? Conocen a alguien más que le ocura?
ResponderBorrarUfffffffff, que tema, yo tengo mis días, o me acuerdo desde el principio o te rebautizo y fuiste nunca mas tu nombre.
ResponderBorrarHace dos años cursaba un post grado con un chico que se llamaba Esteban, pero yo lo bautice Santiago y el pobre termino el año dandose vuelta en la facu cada vez que escuchaba llamar a un Santiago.
Tambien en cierto viaje de estudios, re nombre al director del colegio de mi hermano que se llama Horacio y le puse Osvaldo, y asi fue todo el verano.
Pero tambie sufri el cambio de otro, una jeza con la que trabaje decidio que me llamaba Florencia y como ella me tomo todo el tribunal me decia Florencia. Y una profe del cole, me llamaba andrea porque era el nombre de la hija (muy chiquita) a la cual yo cuidaba durante las clases.
Asi que como veran es un fenómeno muy común.
Mal de muchos consuelo de tontos jeje
Eso si, si nos vemos mejor que me digas Vero y no Vir.
Saludos
a mí me pasa que me acuerdo perfectamente de las caras, pero no de los nombres. entonces me encuentro por la calle con compañeros de la primaria, secundaria, de ex laburos (tengo la mala suerte de encontrarme muchísimo con gente por la calle, en fiestas, etc)... y me ven, y ven que los reconozco, y me dicen "hola, maldita" y yo "ehm, hola... em".
ResponderBorrarho rri ble
así que te entiendo perfectamente
yo en realidad venía acá para putear contra eso de la publicación de los posts en la barra que me parece horroroso!!! pst!
ResponderBorrar(el otro comentario lo tendría que haber hecho ge, qué tanto!)
Cass: Jodido, el momento en el que uno se da cuenta que su memoria ya no le pertenece (y encima, le hace hacer papelones).
ResponderBorrarFodor: Claro, pero corre el riesgo de decirle "linda" a flor de bagarto e "hijo" a un vejete.
Lady Kelvin: Uhmm... Alguien me dijo lo mismo una vez: tenés cara de Javier. Y me decía Javier, nomás. Yo, divertido.
Donnie: creo saber de quien habla ¿Van Meeeegeren?
Eleanor: Es importante cuando uno se manda una. Seguro será fácil convencerla que fue otra.
Liinditoo: No, che, a mi me resulta gracioso que me llamen con otro nombre. Me da la impresión de ser otra persona...
Mola: En "Marciano, vete a casa", Frederic Brown le hace llamar a todos los hombres "Mack" y a las mujeres "Jane".
Naty: "Dislexia Nominal" ajám... anoto, anoto...
Padawan: estoy con usted, no es lo mismo. Decirle "Melania" a un "Raúl" bigotudo y poco amistoso es malo para la salud.
María (La del Campo): si, ese es otro tema. He llegado a mantener una conversación entera con alguien, sin saber (o recordar, mejor) cómo se llama.
(La) María (C): Es rara, sí... digo, raro! Si, conozco a gente con "dislexia cromática", siguiendo el ejemplo de Naty...
Arwenkina: No le prometo más que mi mayor esfuerzo por decirle Vero, Vir.
Vero! Vero!
Maldita: usted debe cambiarle los nombres a propósito, asignándole justamente el de algún némesis molesto al interlocutor. Como decirle "Juan Domingo" a Ricardo Balbín.
Lo otro no lo entendí: no le gustan los comentarios en la barra lateral? Ma perche?
(Ufff!)
suelo quedar como un maleducado con este tema de los nombres y también cuando debo recordar una persona que finalmente no tengo en la memoria en lo absoluto.
ResponderBorrarme ha sucedido de encontrarme en la calle con alguien que supuestamente conozco y que no recuerdo, pero charlo, trato de ser amigable, cordial, e incluso en algunos casos termino disfrutando del diálogo, nos abrazamos y con el "nos vemos" clásico cerramos el encuentro.
nada de preguntarle quien era ni nada de eso. mantener la incógnita es parte de generar un mito alrededor de esa persona que para mí termina siendo algo fantasmal.
no me gustan, just because. me gusta que el comentario se quede guardadito en el post, supongo. I find it too much too... distracting, como Isherwood a Sally. sí me gustó el cuestionario(obvio), aunque tuviera poca oferta de autores :P
ResponderBorrar"como Isherwood a Sally"... que comentario snob para compartir con Fodor... :P
ResponderBorrarVoyeur: Será gente de verdad? No tendrá poderes, ustet?
ResponderBorrarGé: Jajajajajja! Comparto el subrayado snob!
A mi me parece taaaan useful!
Acusamos recibo del guiño Gerund. Delicious.
ResponderBorrarY disculpe usted, Sr. Gebiet, pero esta exposición impúdica de los comentarios en la barra lateral es un claro no-no-no.
capullos,
ResponderBorrardejaos de tocar los cojones con lo del lector lateral.
Fender, macho, tu no les hagas caso. Está de puta madre. Uno tiene que hacerse cargo de lo que dijo, ¿no? sinó para qué coño lo dice.
Tengo problemas con las Jimenas/Virginas.
ResponderBorrarNo sé bien por qué pero suelo confundirlas. Y aunque no soy buena con los nombres, soy buena con las caras. Quiero decir, yo no olvido una cara. Puedo olvidar todo lo demas. Por ejemplo: puedo recordar exactamente la cara de alguien en este preciso instante y no saber cómo, ni por qué, ni de dónde lo conozco. Y puede ser que dentro de un año, cuando ya no sirve para nada saberlo, recuerde que esa cara corresponde a uno de mis compañeros de la escuela primaria.
Mucho mejor es cuando, estando entre la espada y la pared, es decir, teniendo inevitablemente que llamar a alguien por el nombre que no recuerdo (habitualmente en horario de trabajo) yo comience una larga letanía de nombres propios del estilo: Pablo-Martin-Gustavo-Fabian-Roberto-Diego-Dario-Damian-eh, che, vos, cómo te llamabas.
Cosas que pasan.
Es la vejez.