Dolerse por la muerte de Sandro sin tener en el DNI la opción como donante de órganos debería ser una notable contradicción, sobre todo si hoy usted es uno de los miles que aparecerán públicamente haciendo público tal dolor. Sin embargo, aún no escuché a nadie decir: "Yo a Sandro lo quería, pero no le hubiese dado mis órganos ni en pedo", que es lo que realmente dice su DNI si tuvo la oportunidad de optar como donante y no lo hizo. La enorme, enorme, enorme mayoría de las personas que hoy estarán al sol horas esperando que los dejen entrar a la capilla ardiente optaron en contra de dicha posibilidad. En contra de salvar a Sandro.
Sandro murió por una enfermedad evitable, autoinfligida, es cierto. Dicha enfermedad se llama tabaquismo y se lleva a miles al año, cuyo jugo monetario va a parar a los bolsillos de las tabacaleras. Si a Sandro lo hubieran secuestrado durante 45 días para luego asesinarlo entre agonías, hoy saldrían todos a pedir la pena de muerte sumaria, otra vez. Sin embargo, ninguno de los que en ese caso "sacarían pechito" tienen la lucidez suficiente como para pontificar un par de minutos públicamente sobre los riesgos de fumar. Y mire, querido lector, que hoy hablará Dios y María Santísima sobre la muerte de Sandro. Amigos, colegas, haran mutis por el foro sobre la causa real de su muerte: su autodestructivo vicio y la ignorancia, el prejuicio y la cobardía.
No, no crea que yo me duelo de la muerte de Sandro. Tuvo sus opciones, como la gente que se duele hoy sin estar de acuerdo con la ablación de sus órganos, durante mucho tiempo durante muchos años y lo que le pasó, en gran medida, fue su responsabilidad. No fue una enfermedad azarosa.
Pienso en los miles que mueren, sandros anónimos, que no llegan a la mesa de transplantes.
Precisamente en relación al último párrafo, habría que considerar si por intentar salvar a un Sandro totalmente hecho pelota en general, no tiraron al tacho el corazón y pulmones que le transplantaron. A otra persona (u otras) le pudo haber dado una larga vida, pero hay que ser famoso, querido y adinerado, y así te saltás cualquer lista de donantes, ¿no?
ResponderBorrarA ver si te puedo aclarar algo:
ResponderBorrarSi Sandro entró por encima de otro que murió veinte días después pero que era más fuerte y/o más joven es algo que tendrá razones médicas. Sandro estaba en emergencia, el otro -por juventud, por fortaleza, porque los daños no eran tan graves- no.
El mismo Sandro, supongo, fue sobrepasado en su momento cuando otro paciente entraba en emergencia. Quizá esto demuestra lo difícil que es administrar dicha lista: a Sandro lo operaron tarde. No por capricho o por "discriminación positiva" sino porque no hay donantes y porque otros entraron en emergencia antes que él. Me gustaría saber cuál es la tasa de éxito en los transplantados desde que Sandro estuvo en la lista de "baja prioridad".
Según datos del Incucai, apenas 1192 transplantes se hicieron en 2009, y hay seis veces más pacientes en espera.
PIenso lo mismo que vos.
ResponderBorrarO sea que si yo elijo sobre MI cuerpo y manifiesto mi deseo de que me entierren con MIS organos intactos,soy hipocrita porque me da pena que exista gente que se enferma y espicha?
ResponderBorrarLa gente que se enferma y espicha claro que lo puede poner triste, sobre todo cuando no puede hacer nada.
ResponderBorrar"Su" posición sobre "su" cuerpo y "sus" órganos ¿obedecen a una especie de mística postmortem o a mera avaricia? En ambos casos, le deseo que a usted y a los suyos la muerte los encuentre lejos de estas cuestiones, aunque imagino que de no cumplirse su deseo -no quiera su deidad- insistirá en alimentar a los gusanos con cuerpos intactos, claro.
Gracias por comentar.