14 agosto 2009

Hay cosas que uno no sabe cómo procesarlas, cómo asimilarlas. El dolor es tan fuerte que parece que nunca fuera a dejar de doler y su motivo tan justo que el pedir que duela menos suena a traición. Así que uno se queda con el dolor, doliéndose y sin querer tampoco consuelo ni ninguna otra cosa que no sea tal dolor de lleno en las tripas. Pero los seres humanos tenemos límites y en días como hoy estoy seguro de que dicho límite se queda corto, pues el dolor no se contenta con sólo dolerse.
Pongo en ejercicio la esperanza; en la fibra humana, capaz de resistir con las trémulas células lo que no resiste el acero; y en eso que los creyentes llaman alma, capaz de soportar fuerzas disolutivas que no soportan ni las montañas.

6 comentarios:

  1. Comparto tus palabras Fen...

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  2. Lo has dicho de la mejor manera , Fen.En el umbral de todo, el dolor no basta.

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  3. Adhiero a las palabras de Zippo.
    Beso, Fen.

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  4. Yo tengo mucha bronca. La vida está llena de alegrías y tristezas, pero a veces se le va la mano con las últimas.

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  5. es increíble tu capacidad para escribir en ese estado.
    Es como vos decís.

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  6. Karito La Cordobesa15/8/09, 8:44 p.m.

    Todo esto es una mierda. El dolor no tiene ningún derecho. Ninguno.

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La única condición es dar la cara. Identificarse es ser buena gente. Anónimos dependen de su viveza y don de gentes.
Perdón el capcha, pero el spam golpea fuerte estos días.