Después de los posts de Unser y Cass, tengo que referirme a Alfonsín, pero espero que ellos me entiendan:
Nunca fue santo de mi devoción, siempre tuve más cosas que reprocharle que agradecerle: demasiado moderado, demasiado conciliador, demasiado entornado (un entorno que después lo traicionó muchas veces). Hasta me enganchó en la Alianza con el IPA, que fue abandonado a la carrera sin demasiadas explicaciones.
La escasez de gente digna en la política (sobre todo, en la presidencia -que desde el '83 es elegida por nosotros, debo recordar) lo eleva y lo significa diferente. Los homenajes a su decencia, cierta honradez intelectual y a su visión a largo plazo, fruto del tozudismo gallego que lo habitaba, hablan del fracaso argentino por hacer que esas virtudes sean una norma trivial y que la discusión política se centre en eso: la política. Como dice Caparrós, ser honesto no dice nada en política, y es ahí donde estamos haciendo agua, dejando la política en manos de políticos que no dan la talla a la hora de compararse con Alfonsín, que en política fue moderado, rosquero y tragador de sapos.
Recuerdo al lector que los políticos salen de algo llamado partidos políticos, que son la expresión política de los ciudadanos. Y de ahí a la ponderación pública en las urnas.
Igual, con estos funerales espero que no estemos enterrando, para siempre, la decencia como norma común de nuestros políticos.
Fender, no comparto tu visión sobre ser moderado en política, y lo digo desde un lugar en donde hoy ser moderado o no se puede medir en muchas vidas humanas.
ResponderBorrarHay cosas que durante su vida política que hizo bien y otras mal, pero lo que debemos reconocerle es que las hizo desde su visión de la Argentina, de lo que consideraba mejor para el bien común (aunque el resto de los argentinos no estemos de acuerdo). Como bien decís esto debería ser la norma en los políticos pero sabemos que no es así, por lo tanto el recuerdo de Alfonsin sirve para ponderar esas cosas que los políticos olvidan.
No por nada todos destacan el respeto que les inspira (más allá de cualquier diferencia).
ResponderBorrarYo rescato el contexto en el que hizo lo que hizo, aunque no comparta algún accionar en particular. No era nada fácil en aquel entonces.
tuvo errores, claro, pero es una gran pérdida.
ResponderBorrarQue yo sepa nunca lo acusaron de enriquecimiento ilícito ni en faltas en su desempeño como funcionario público, algo que parece ser moneda corriente en todo "político" de estas décadas. Lo voy a extrañar, está ligado a mi historia, y a la de este país.
coincido con Blanc... creo que tenía más cuestiones rescatables que erradas... por eso supongo es considerado una especie de ícono. La política no es uno de mis temas preferidos... aunque ha ido cobrado importancia en mi vida hace muy poco...
ResponderBorrarencima acá también llueve... desde ayer.
¡Abrazos!
Hoy te puedo decir que rescato que no se aferró al poder, porque de hecho lo largó, no importa en qué circunstancias.
ResponderBorrarEso debería ser un cachetazo para otros, pero lamentablemente no lo es.
No sé si Alfonsín era muy bueno, creo que si era mejor que otros y eso es lo que me parece que se está rescatando de todo lo que se escribe o dice por ahí.
Eh, coincido con vos en la sensación de que con este funeral estamos enterrando la decencia en política, en sentido figurado.
ResponderBorrar"Con él, se nos fue el último honesto": "paremos, paremos un poco, estás diciendo que esto no se le puede exigir nunca más a nadie?"
Refrito de una conversa de ayer con un conocido.
Acá vengo, a recibir los bifes:
ResponderBorrarSacer: la moderación se mide siempre en vidas humanas, mirá cuando estaba De la Ruina.
Como dijo Caparrós, ser Alfonsín debe haber sido difícil: llegar donde nadie y no ser capaz de dar el paso que tenía que dar.
Psico: nunca lo fue, si no eran los militares, era el poder económico (siempre lo fue) o el PJ o la UCR golpeando cuarteles, o los sindicatos o el FMI o el Club de París o la mar en coche.
Blanc: yo creo que Alfonsín estaba amortizado hace bastante y ya no se le podía pedir más. Lo más importante como político había sido dado y lo mal hecho no tenía remedio. Como hombre mayor merecía descansar hace tiempo, quizá con algunos años más de tranquilidad. Quienes deben sentir la pérdida son sus seres queridos, no nosotros, supongo.
Profe: Sí, acá estamos un poco acostumbrados a distraernos con los iconos.
Vill: Bueno, eso es lo que me preocupa, que el honesto sea el muerto y no una cantidad lógica de políticos es responsabilidad nuestra.
Zippo: veo que me entendió.
Gracias a todos por pasar y comentar.