Las cosas del querer...

Hace unos dias tuve que aclararles a unas amigas de toda la vida que aún sigo sin creer en la amistad entre el hombre y la mujer. ¿Porqué? Porque soy falible y lo asumo, dolorosamente.
Las mujeres en general -no sólo mis amigas- creen saber cuando conocen un poco a alguien, sumariamente, si sólo "lo querrán como amigo".
A diferencia de ellas, yo me doy margen. La posibilidad de que dos amigos de distinto sexo lo sean por tiempo indeterminado es baja, seamos sinceros. Esas amistades se terminan porque alguno se enganchó y el otro no responde a las espectativas, o porque si las responde.
Cerrarle la puerta a una persona con la que se tiene alguna afinidad (por algo la presunción de amistad), cuando es tan difícil conocer aún a las personas con las que uno de verdad ha salido y/o convivido, es hasta torpe y ligero.
Despues, hagamos las presunciones machistas y sumemos a esto que

los hombres vemos al 80% del universo femenino (entendido desde las quinceañeras guerreras hasta las sesentonas con buen mantenimiento y nunca taxi) como potencial objetivo...

... cosa que suscribo, pero según las circunstancias.
Esto deriva en la pregunta inevitable: ¿Y a nosotras, porqué nos respetaste? Acá hago un pequeño paréntesis: Cuidado. Si les digo que son horribles y no me gustan, me contradigo y las ofendo; y si digo que si, quedo expuesto a que desconfíen de mi amistad. Entonces digo:
"Ustedes están dentro de ese 80%, pero aún no se han dado las
circunstancias..."
Qué difícil satisfacer el alma femenina...